Por: Gonzalo Cofré Hube
Reguleque fue la palabra que rebalsó el vaso, que rascó en la herida. Y cómo no, una vez más se trata de dinero. Vil y apetecido dinero. Hablo de la ex vicepresidenta de la Junji, Ximena Ossandón.
Por supuesto que me parece acertada la decisión del Gobierno, de sacarla de su cargo, pero hay algo que me quedó dando vueltas, que me contrae la mejilla derecha cada vez que se manifiesta. Es ese espíritu que mueve más al chileno que la vulneración de los derecho civiles y personales, aquello que es capaz de sacar gobiernos exitosos del camino, eso que puede terminar con procesos futbolísticos impecables porque fue tocado. Me refiero al bolsillo, hablo de la platita.
No importó que la Ossandón haya dicho burradas acerca del padre Karadima y sus fechorías ni que haya puesto una virgen en la entrada de una oficina estatal (la que por Constitución es laica desde 1924) todo porque al alero de ella el trabajo se hace mejor. Fue declarar que su sueldo de más de tres millones de pesos era “reguleque” lo que fregó a Chile entero.
Augusto Pinochet fue el dictador más sangriento de nuestra historia y uno de los más duros de latinoamérica. Bajo su puño murieron miles de personas, muchos otros millares fueron perseguidos, torturados, discriminados, exhiliados, pero eso no bastó. Lo que sí pudo cambiar la imagen del fallecido dictador, para un basto grupo de nuestros compatriotas, fue la acumulación ilegítima de dinero en sus cuentas bancarias.
Harold Maynne Nichols realizó una de las gestiones más impecables que se conozcan a cargo de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile, reordenando una verdadera casa de huifas y trayendo a un Director Técnico que levantó a la Selección Chilena de Fútbol hacia niveles pocas veces vistos en nuestro viejo y querido balompié nacional. Pero una vez más, no importó nada de eso, pues fue la plata que no se repartió entre los clubes más poderosos lo que desató la crisis, que contarla a estas alturas sería como decir que Piñera…
Con estos tres ejemplos se podrán hacer una idea de lo que quiero decir. Al chileno, le importa más la plata que la dignidad. #eso.